sábado, 19 de mayo de 2012

Física Moderna


En 1884 Boltzmann derivó teóricamente la ecuación para IT
e:emisividad, su valor está entre 0 y 1, para el caso de el cuerpo negro e=1
σ:constante de Stefan y Boltzmann.
σ = 0,567 * 10-4 erg cm-2 grado-4 s-1 

la energía total emitida por cm2 cada segundo por el radiador de cuerpo negro. En su derivación consideró una cavidad cilíndrica con paredes reflectoras, con un pistón móvil, y llena de radiación térmica a la temperatura T.

Considerando que en el proceso de expansión y compresión de esta cavidad, la longitud de onda de las componentes de la radiación cambiarán al reflejarse en el pistón debido al efecto Doppler, Wien, en 1893, derivó una función general para la distribución espectral de la radiación del cuerpo negro que se conoce como Ley de Wien

CAMPO

En la mecánica de Newton la materia es concebida como algo que está compuesto por “puntos materiales” puntos cuyos movimientos constituyen un hecho físico. Cuando se considera la materia como continuo, se suele suponer de manera provisional, cuando no se quiere o no resulta posible una descripción discreta.

La idea de la existencia independiente del espacio y del tiempo puede ser expresada de una manera drástica así: si la materia tuviera que desaparecer sólo quedarían tras ella el espacio y el tiempo.

Dentro de la estructura de la física clásica, el concepto de campo aparece como un auxiliar en los casos en los que la materia era tratada como continua. El campo es pensado a través de una magnitud, temperatura por ejemplo, que depende de las tres coordenadas espaciales y del tiempo en cada una de las partículas de un cuerpo de masa ponderable. Según esta idea, donde no había masa tampoco podía existir campo alguno.

Durante el primer cuarto del siglo XIX se demostró que los fenómenos de la interferencia y de la difracción de la luz podían ser explicados, con una exactitud asombrosa, considerando la luz como un campo ondulatorio, análogo por completo al campo mecánico de vibraciones de los cuerpos sólidos elásticos.

La idea que se tenía entonces de campo condicionaba por tanto la existencia del mismo a la posibilidad de asociarle partículas materiales, es decir, el campo no existía en el vacío. Este punto de vista se afirmaba más ya que se tenía la convicción de que todo campo debía ser considerado como un estado capaz de aceptar una interpretación mecánica, y esto presuponía la existencia de la materia. Por lo anterior se llegó a suponer que en todas partes, incluido el espacio que hasta ese momento había sido definido como vacío, existía una forma de materia a la que se denominó “éter”.  














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